El triunfo de Arce allana el camino para el regreso de Morales a Bolivia

  • 2020-10-20

El candidato del MAS, Luis Arce, es el amplio ganador de los comicios presidenciales, según encuestadoras privadas. Evo Morales aseguró ayer que “tarde o temprano” volverá a su país.

El triunfo de Arce allana el camino para el regreso de Morales a Bolivia

Luis Arce va camino a emular a Evo Morales en su primera elección si finalmente sale electo presidente de Bolivia con más del 50% de los votos y 23 puntos de diferencia sobre el segundo candidato más votado, como según proyectan los sondeos a boca de urna publicados hasta ahora.

El resultado que predicen las encuestas es muy similar al de las elecciones del 2005, donde el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales inició una hegemonía de casi 14 años que volverá probablemente a reanudar ahora con Arce, tras el paréntesis producido por la crisis política del año pasado.

Las dos encuestas difundidas hasta ahora le dan a Arce más del 50% de los votos válidos, pues la encuestadora Ciesmori proyecta un 52,4% y el sondeo Tu Voto Cuenta apunta incluso al 53%.

Son porcentajes muy similares al 53,7% que obtuvo Morales en su primera elección de 2005, cuando el MAS arrasó en primera vuelta como parece haberlo hecho ahora, quince años después.

Como en el 2005, cuando Morales sacó 25 puntos porcentuales de ventaja al ex presidente Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), ahora los sondeos prevén que Arce se impondrá sobre el ex presidente Carlos Mesa (2003-2005) con más de 23 puntos de diferencia.

Con más de la mitad de los votos, un candidato se convierte automáticamente en presidente electo de Bolivia en primera vuelta, algo que también se hubiese producido si obtenía el 40% de los votos con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo.

VOTO PARA EL RETORNO. Si bien esta vez Morales no era candidato al encontrarse fuera de Bolivia desde la crisis del año pasado, el voto a Arce ha sido en esencia un voto para el retorno del ex presidente (2006-2019), que permanecía expectante en Argentina a la espera de los resultados electorales y ya ha anunciado que volverá “tarde o temprano”.

El ex presidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) dijo en Buenos Aires que volverá a su país y reiteró que los procesos en su contra son “parte de una guerra sucia”, después de que, según sondeos a pie de urna, su candidato, Luis Arce, ganara en primera vuelta las elecciones del domingo.

“Es cuestión de tiempo. Mi gran deseo es volver a Bolivia”, expresó el ex mandatario en una conferencia de prensa en la que insistió en que cuando se dé ese eventual regreso a su país, que abandonó en noviembre del 2019 tras dejar la Presidencia denunciando un golpe de Estado, su intención es asentarse en su región, la zona del Trópico de Cochabamba.

Y recalcó, al ser preguntado si ocupará algún cargo en el nuevo Gobierno, que lo que quiere es ser “agricultor y pequeño productor” en esa zona.

Morales, sobre quien pesa en su país varias órdenes para comparecer por acusaciones de genocidio, terrorismo y sedición, que él niega, agradeció a los líderes de izquierda que lo apoyaron y dijo que tras la jornada electoral recibió varias llamadas, entre ellas del papa Francisco, de la que no dio más detalles.


Desafíos del nuevo Gobierno
Tras su aplastante e inesperada victoria electoral, el izquierdista Luis Arce, quien deberá asumir la presidencia el 18 de diciembre, deberá enfrentar la crisis económica y cerrar las heridas de una Bolivia polarizada por la convulsión social que acabó con el gobierno de Evo Morales en el 2019. “Es necesario curar las heridas entre los bolivianos, aunque no va ser un proceso tan automático”, dijo a la AFP la politóloga María Teresa Zegada, de la Universidad Mayor de San Simón. Los bolivianos también pusieron sus esperanzas en Arce para resolver la crisis económica derivada del coronavirus y la caída de los precios del gas natural, principal producto de exportación de Bolivia. Arce es visto como el artífice del “milagro económico” que vivió Bolivia bajo el gobierno de Morales, cuando él era ministro de Economía. AFP